Tomar al Padre y a la Madre

El proceso de comprender y mejorar nuestras relaciones amorosas comienza con nuestra conexión con nuestros padres. Cuando logramos una relación saludable y fluida con nuestros padres, esta armonía se refleja en nuestras relaciones con los demás.

Para alcanzar la prosperidad como individuos, debemos primero aceptar a nuestros padres tal como son, ya que son la fuente de nuestra energía emocional y el soporte simbólico que influye en nuestra vida social, académica y laboral.

Aceptar a nuestros padres implica verlos y reconocerlos en su humanidad, sin idealizarlos ni demonizarlos. Son seres humanos que también están aprendiendo a medida que avanzan en sus propias circunstancias de vida.

Cuando nos aferramos a resentimientos o críticas hacia nuestros padres debido a su pasado o su papel en nuestra crianza, gastamos energía y vitalidad que podríamos invertir en enfrentar los desafíos actuales. Al comprender y respetar la historia de nuestros antepasados, reconocemos que no podemos cambiar ni una coma de lo que ya sucedió. Esto nos permite honrar esa historia y aceptar tanto sus aspectos positivos como los menos favorables, para luego trazar nuestro propio camino de vida de manera diferente.

Este enfoque nos ayuda a evitar malgastar nuestra energía emocional en reprochar el pasado y nos permite concentrarnos en construir el presente que deseamos. Aprendemos a aplicar las mismas expectativas y cambios que esperamos de los demás, en primer lugar, en nuestra propia vida y en el momento presente.

En amor, servicio y aprendizaje. Li